¿Qué ver en Kitibong Hill?

Kitibong es una bella región del parque que rodea el Kitibong Hill. El paisaje es variado, compuesto principalmente por acacias en el territorio oriental y bosques de Dalbergias en la zona occidental. El pantano de Mamire se encuentra en el extremo sur de Kitibong y el pantano Gursi a lo largo del sureste. Aquí se pueden encontrar varias piscinas de agua creadas en depresiones naturales donde los búfalos y los elefantes se revuelcan, incluso en la temporada seca. Una hermosa vista de la Sangaiwe Hills, ya fuera del parque, se puede ver desde aquí.

 

Se pueden ver grandes manadas de búfalos a lo largo de la parte oriental de la región. Estos rebaños se pueden componer de toda una familia o de machos solteros. Los búfalos son animales que pastan de noche pues tienen problemas para regular la temperatura corporal durante el día, así que en las horas de sol, descansan en el agua o el barro. Siempre se mantienen cerca de alguna fuente de agua pues tienen mucha necesidad de mantener su piel húmeda.

 

Los rebaños de búfalos tienen muy bien establecida la jerarquía social, cada uno conoce perfectamente su situación respecto a cualquier otro miembro del grupo. Las hembras forman la base del grupo mientras que los machos van y vienen. La estación verde suele coincidir con la temporada de partos, mientras que durante la temporada de sequía los machos abandonan las manadas mixtas y se reúnen en rebaños de machos.

 

Los bosques de Kitibong son el hábitat del Hornbill, un ave parecido a un pavo. Estas grandes y pesadas aves pasan la mayor parte del tiempo sobre el terreno, aunque a veces se les puede ver volar lentamente para posarse en las ramas de un árbol. Su dieta consiste básicamente en insectos y reptiles. A una cierta distancia, la llamada del Hornbill suena como la voz humana, así que si usted escucha voces en medio de Tarangire tal vez no sea fruto de su imaginación.

 

A veces se ven perros salvajes de caza, aunque raras veces. Esta especie salvaje tienen una piel moteada de diferentes colores, como si llevasen un abrigo de camuflaje. Estos perros van en manadas de 6 a 20 individuos. Son unos cazadores muy eficaces, decididos e incluso muy violentos en acción.

 

Las hembras pueden dar a luz hasta 16 cachorros en una sola camada. Estos se esconden en madrigueras durante casi 12 semanas hasta que son lo suficientemente fuertes como para mantener el ritmo diario de los adultos. Mientras, estos cachorros son protegidos y alimentados por el resto de los adultos.

 

Por desgracia, la mortalidad de estos perros es muy elevada, pues las madrigueras se suelen inundar en la estación de lluvias.

 

Uno de los antílopes más elegantes del África oriental es el impala. Esta especie tiene un pelaje color rojizo bronceado que brilla a la luz del sol. Solo los adultos tienen cuernos y estos son altos y esbeltos. Tanto las hembras como los machos tienen un mechón de piel negra encima de los talones que oculta unas glándulas olfativas.

 

Los impalas son avistados en grandes manadas de hembras y crías, guiados por algún macho territorial en la parte trasera. También hay rebaños de solteros.

 

Estos tímidos ciervos están en constante alerta pues son objetivos comunes de leones y leopardos. Cuando los impalas se asustan, parecen explotar como fuegos artificiales en todas las direcciones, esto hace que los depredadores tengan dificultades para concentrase en un objetivo fijo.

 

El los montes de Tarangire se puede avistar el entrañable facoquero. Estos divertidos animales a pesar de su apariencia se parecen poco a los cerdos. Comen arrodillados y cuando huyen lo hacen con la cola hacia arriba. Los colmillos de este animal pueden rasgar a un león. Se mueven en grupos de 2 a 4 individuos. Los machos de avanzada edad pueden vivir en solitario.

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