¿Qué ver en Maasai Kopjes?

Maasai Kopjes es la frontera oriental del magnífico valle del río Seronera. En este lugar parece que hayan sido amontonados enormes cantos rodados por todas partes sobresaliendo por encima del paisaje para interrumpir el horizonte de la llanura. Estos enormes kopjes repletos de vegetación parecen vigilar la amplia entrada del valle del río Seronera.

 

Las crestas elevadas y lisas de estas moles de granito son el hogar de una de las familias de leones más legendarias del Serengeti, la llamada familia Maasai. Ésta junto a la familia Sametu del sureste, son las familias más importantes de leones del Serengeti.

 

Han pasado muchas generaciones desde que se inició en 1966 el Serengeti Lion Project, desde entonces, estas familias han sido estudiadas sin pausa.

 

Maasai Kopjes es obligatorio cuando se hace un safari por el valle del río Seronera. Aquí las oportunidades de ver vida salvaje son espectaculares. Una de las mejores rutas es la que sigue paralela al río Seronera a partir de la pista de aterrizaje de Seronera y todos los meandros hasta llegar a los Maasai Kopjes al principio de las llanuras. Desde este punto hay varios circuitos que dan la vuelta a Maasai Kopjes. En esta zona es posible ver avestruces, chacales de espalda negra, leopardo, waterbuck, gacelas y hienas manchadas.

 

Estas rocas llamadas “kopjes” sobresalen en las llanuras como islas en un mar de hierba. El nombre de kopjes en Africaans significa “cabeza pequeña”, pues eso es lo que parecen. Estas rocas graníticas se calcula que pueden tener de 2 a 3 billones de años y se formaron a causa de la erosión y la meteorización del terreno. Se dice que en el Serengeti, “los huesos de África se muestran como magníficos kopjes”.

 

Los kojes tienen su pequeño ecosistema con una gran variedad de vegetación y vida salvaje (hyrax, mangostas, puerco espín, lagartijas, aves, etc.). Cada kopje es, en efecto, como una isla con su propia comunidad de plantas y animales, así como un refugio para las madres guepardo o las leonas con cachorros.

 

Los kopjes sirven también como captación de agua, aquí, en las hendiduras del suelo, los árboles echan raíces, cosa que no pueden hacer en las llanuras circundantes.

 

Un pantano en el lado sur de Maasai Kopjes es un imán para la vida salvaje. Aquí se puede ver al Bohor reedbuck, un antílope monógamo que forma lazos con su pareja de por vida, siempre van dos juntos, así que si avista uno, esté atento porque cerca ha de estar su pareja. Esta especie solo se encuentra en zonas pantanosas a lo largo de ríos donde la hierba es lo suficientemente alta como para esconderse. El reedbuck macho tiene dos cuernos con forma de curva hacia delante que le dan un perfil único. Son delgados y elegantes.

 

El mencionado pantano es lugar de caza para la familia de leones Maasai. En algunas escenas de caza de leones, parece que estos colaboren conjuntamente pero en realidad son comportamientos accidentales. A pesar de esta falta de solidaridad, poder presenciar una escena de caza es un momento muy emocionante y cruel que no olvidará nunca.

 

Imagínese un rebaño de cebras pastando tranquilamente en la distancia mientras varias figuras oscuras se desplazan sigilosamente a través de la hierba alta. Usted está presenciando como se está forjando esta tragedia que ocurre a diario. Brillantes ojos se asoman por encima de los tallos, los enormes felinos acechan lentamente a sus presas. Una leona fija su objetivo mientras su cuerpo adopta una postura que roza el suelo. Su mente se concentra en el cálculo de distancia y velocidad mientras cada uno de sus músculos se prepara para el ataque. Una insoportable ansiedad se respira en el ambiente, usted espera en silencio el inminente desenlace. Entonces sucede. La leona proyecta toda la tensión acumulada en un poderoso salto, pero la cebra reacciona a tiempo y sale corriendo. Tu corazón late a toda velocidad mientras tu mente grita en silencio a la cebra; corre! corre! corre! De nuevo hemos presenciado una escena que demuestra el delicado equilibrio entre la vida y la muerte.

 

Entonces usted vuelve a pensar en los cachorros que vio en un kopjes jugando y revoloteando unas pocas horas antes. Su futuro también cuelga de un fino hilo y depende por completo de la protección de su madre. Irónicamente se encuentra animando ahora a la leona y apostando por la supervivencia de sus cachorros. Esta es la amarga paradoja que dicta las normas en las llanuras del Serengeti. Se trata de un drama diario. Si tiene la suerte de presenciar una cacería, independientemente del resultado, nunca olvidará la experiencia de haber vivido aunque sea por un espacio muy corto de tiempo el gran misterio de la Naturaleza.

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